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Un bombero del municipio de La Virginia, damnificado del temblor en Risaralda

“Estaba organizando mi uniforme para ir al trabajo, mi esposa y mi nieto estaban durmiendo, mi hijo acababa de llegar del ingenio Risaralda y estaba desayunando. Cuando sentimos el remezón tan fuerte, salimos y llegando a la puerta, mi hijo nos frenó. Cuando vimos, fue que la fachada se cayó de una”.

Así narró el cabo Héctor Jaime Zapata del Cuerpo de Bomberos de La Virginia, al periódico EL TIEMPO, la forma en que él y su familia se salvaron de morir aplastados por los escombros de la fachada de la casa. Si hubieran alcanzado a salir, no hubieran contado el cuento, como se dice popularmente. Su hijo los detuvo en la puerta un segundo antes de que se cayera la fachada.

El hijo del cabo Zapata dice que no explica porqué retuvo a sus padres y a su hijo, a pesar de que lo indicado y lo que normalmente todo el mundo hace, es salir a la calle. Según lo que relató al periódico EL TIEMPO, escuchó un ruido, antepuso su cuerpo para que la familia no saliera. Segundos después, vieron como cayó la pesada losa de concreto. Literalmente, están vivos de milagro.

La casa del cabo Zapata fue una de las seis que resultaron afectadas en La Virginia por daños en las fachadas, agrietamientos de muros y afectaciones estructurales.

BALANCE GENERAL DEL SISMO

El sismo ocurrido a las 6:26 de la mañana del viernes 19 de nero, dejó 26 viviendas afectadas, dos hospitales y un colegio en el departamento de Risaralda, con las mayores afectaciones en el municipio de La Virginia.