Jul, 27 2024 - 01:44

El espejo de Mayra

La semana pasada, la colombiana Mayra Ramírez marcó un hito en el fútbol internacional: el Chelsea pagó 450.000 euros por su transferencia, hasta el momento, la más alta en la historia del fútbol femenino mundial.

Mayra llegó a la Women’s Super League del Reino Unido procedente del Levante, de España. Su nuevo club la presentó oficialmente y con un solo entrenamiento se enfundó el uniforme azul del equipo de Londres para debutar ante el Brighton.

La llegada de la delantera de la inolvidable Selección Colombia del Mundial de Australia y Nueva Zelanda del año pasado, es un hecho al que se le debe dar toda su importancia: Mayra le abrió el camino a cientos de niñas que hoy están pateando balones en pequeñas escuelas que subsisten con las mensualidades de los padres de familia de los estudiantes, ya que carecen de apoyo estatal.

Si la segunda mejor jugadora del mundo, según los recientes premios The Best, Linda Caicedo, puso la vara muy alta con su llegada al flamante Real Madrid, lo de Mayra es impresionante, es grandioso. Ahora, dos de las mejores delanteras del mundo son colombianas y juegan en las dos mejores ligas del mundo. ¿Qué sigue? Hay todo por hacer, hay con qué y la muestra está muy cerca: Ana María Guzmán, la jugadora del Bayern Múnich, de la Bundesliga femenina.

La ‘mona’ Guzmán, la lateral nacida en Mistrató (Risaralda), quien solo necesitó unos pocos minutos en el Mundial del año pasado para demostrar todo lo que tiene y quedarse en la titular, es el espejo en el cual deben mirarse las Mayras, las Lindas y las Ana Marías, que en este momento están ilusionadas con ser alguien en el fútbol femenino nacional y mundial.

Pero esas niñas necesitan el respaldo de los alcaldes y los gobernadores, que deben apoyar esas escuelas que hoy luchan por sobrevivir. En el Real Pasión, el club aficionado donde Mayra fue formada, hay dos potenciales Mayras, dos niñas de 14 años que tienen, según sus profesores, condiciones parecidas a las de la gran delantera. ¿Cuántas Ana Marías hay en Risaralda, en el Eje Cafetero? Debe haber muchas, eso es seguro, solo necesitan apoyo.