Principal sospechoso de la desaparición del sacerdote Darío Valencia habría confesado que lo asesinó

El presunto autor de la desaparición forzada, en Pereira, del padre Darío Valencia Uribe, Julián Eduardo Cifuentes, le habría confesado a un fiscal especializado y a un agente del Gaula de la Policía que asesinó al clérigo y enterró su cadáver en una zona boscosa del departamento de Caldas.

La confesión se habría obtenido, según el periódico El Diario, en una inspección judicial que se llevó a cabo en Francia, hacía donde huyó Cifuentes, a finales de abril pasado, luego de la desaparición del religioso, que ocurrió el 25 de ese mismo mes.

Cifuentes declaró que acabó con la vida del sacerdote propinándole cuatro disparos y posteriormente sepultó su cuerpo.

El padre Valencia, de 59 años de edad, fue visto por última vez con Cifuentes en un video de una cámara de seguridad. Supuestamente, el presunto asesino le iba a comprar al padre una camioneta de alta gama que después apareció en un lavadero de carros en el municio de Viterbo. En el tablero del vehículo se halló un orificio que, al parecer, fue producido por un disparo. También hallaron muestras de sangre y al carro le hacia falta una de sus sillas.

Cifuentes le habría dado a sus interrogadores las coordenadas del lugar donde enterró el cuerpo, que casi cinco meses después de su presunta muerte estaría reducido a restos óseos.

Las autoridades no han dado cuenta aún del hallazgo del cadáver y la ubicación exacta donde lo están buscando.

¿CUÁLES FUERON LOS MÓVILES’

Con respecto a los móviles del posible homicidio del sacerdote Valencia no se ha dicho nada oficialmente. Las autoridades deben estar analizando varias hipótesis, con excepción de la del hurto de la camioneta.

Mientras los restos del padre no aparezcan Cifuentes no será sindicado de homicidio. Por ahora sería responsable de desaparición forzada, delito que, en nuestro Código Penal, se castiga con una pena de 40 años de prisión.