Uno de los comentarios recurrentes en Pereira y Dosquebradas durante el pasado martes 24 de septiembre, cuando se realizó el Día sin carro y sin moto, fue la contaminación que generan algunas de las busetas que prestan en esta conurbación el servicio colectivo de transporte público, las llamadas ‘chimeneas’.
La Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder) y el Instituto de Movilidad de Pereira recalcaron la importancia de llevar a cabo operativos más frecuentes para verificar que los vehículos de las diferentes empresas de transportes tengan las revisiones técnico-mecánicas vigentes.
Puntualmente, el director del Instituto de Movilidad de Pereira, Emerson Jaimes, subrayó la necesidad de que las empresas de transporte les exijan a sus afiliados tener al día los documentos requeridos para poder circular por las vías.
Sin embargo, la contaminación que generan las busetas podría ser un problema mínimo frente a otra situación que se vive a diario en las calles de Pereira y Dosquebradas: ‘La guerra del centavo’. Este medio ha sido testigo, en las últimas semanas, de la competencia entre conductores de busetas por los pasajeros. Uno de estos hechos ocurrió en el barrio La Pradera, de Dosquebradas, y otro, entre la calle 19 con carrera 11 y la sede, precisamente, del Instituto Movilidad de Pereira, a plena luz del día y ante la mirada atónita de conductores de otros vehículos y motociclistas.
Lo más repudiable de esta ‘guerra del centavo’ es que a los conductores no les importa para nada que transportan personas, entre estas, niños y adultos mayores. Pelean entre sí, cerrándose y haciendo todo tipo de maniobras peligrosas con pasajeros a bordo.
Tampoco les importa que en medio de su pelea puedan atropellar transeúntes o estrellar carros o motocicletas y causar graves lesiones o la muerte de otras personas.