Jul, 27 2024 - 02:59

Dejar el mundo atrás

Por: Martha Rotavista

Y no, no estamos hablando de la última película que protagoniza Julia Roberts, dejar el mundo atrás va mucho más allá, es una historia del día a día que protagonizan miles de migrantes que dejan su país, su casa, su gente, su vida, por buscar en otras tierras un mejor futuro, esos que literalmente dejan el mundo atrás, su mundo atrás, para volver a comenzar.

Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, actualmente hay unos 4 millones de colombianos residiendo fuera del país y aunque es cierto que el perfil de los connacionales ha cambiado y el estigma del narcotráfico (tal molesto para la mayoría de los que nos encontramos lejos) parece ser un lastre cada vez más oxidado y ha sido reemplazado lentamente por menciones positivas como la música y el deporte, ni eso hace más sencillo el hecho de estar lejos.

En fin, migrar no es fácil, porque no solo hay tierra de por medio, hay tantos sentimientos encontrados, como sueños, ilusiones, metas y hay que decirlo, frustraciones.

Es duro, pese a todas las ganas, saber que estar lejos de los que amas y que la vida sigue sin ti, en cada rincón que dejaste, estremece el corazón.

En mi caso, después de haber ejercido como periodista ininterrumpidamente durante más de una década en mi ciudad (Pereira), esa que huele a café, que trae risas de amigos, calor de familia y horas interminables entrenando natación en mi amada Villa Olímpica, decidí emprender el viaje más apasionante de mi vida… viajar a España para estudiar un posgrado.

Pasé de tener tantos privilegios, a disfrutar la vida como el privilegio más grande, cambié las entrevistas por fritar papas, limpiar casas, cuidar personas, repartir volantes, en fin, comprendí en carne propia lo que significaba migrar y no era tan divertido como yo pensaba, porque el esfuerzo era más grande de lo que yo alguna vez, desde mi casa o desde mi escritorio, pude imaginar.

En España el 2023 fue un año de récord migratorio, al menos así lo ha llamado el Gobierno, con el ingreso de unas 60 mil personas, de diferentes nacionalidades, la mayoría de estas procedentes de países de oriente y África, que huyen de las condiciones y conflictos de sus países y muchas veces caen en manos de coyotes, viajan en pateras (lanchas en condiciones horrorosas) que en varias ocasiones tienen desenlace fatal.

En el país ibérico, con un Gobierno con tantos detractores, donde la extrema derecha se disputa espacios de poder en diferentes países europeos y a la izquierda solo le importa figurar, no es muy claro el futuro que tengan los migrantes. ¡Pero aquí estamos!

Habrá que esperar, cada día es una nueva experiencia y un sobrevivir de muchas formas, incluso de nosotros mismos.

Aunque parezcamos invisibles, a kilómetros construimos patria, hay miles de anécdotas, tan ricas, tan únicas, de tanto valor, una vida entera de los que han decidido, de los que hemos decidido dejar el mundo atrás y comenzar de cero.