«El tiempo pasa volando», reza el dicho popular, y sí que aplica para los gobernantes. El alcalde de Pereira, Mauricio Salazar Peláez, ya lleva dos meses en el cargo, un buen periodo para darle una mirada a lo que ha sido su gestión.
En estas ocho semanas, el alcalde Salazar ha sido acucioso en sus tareas, pendiente de las tareas que les ha puesto a sus secretarios y se ha mostrado muy cercano a los ciudadanos. Sin embargo, el mandatario ha sido muy dado a las ruedas de prensa, sobre todo en las primeras semanas de su mandato, y no en todas las comparecencias ante los medios de comunicación se abordaron temas realmente preponderantes para los intereses de los pereiranos. En cambio, en una ocasión sí se extrañó mucho su voz: el lamentable caso del asesinato de un estudiante de 13 años a manos de uno de sus compañeros, de 14 años, en frente del profesor y los otros alumnos, en el aula de clases. El alcalde no se pronunció, como sí lo hizo el mismo día (el 24 de febrero pasado) el gobernador de Risaralda, Juan Diego Patiño, a través de un trino en su cuenta de la red social X.
Quien tomó la vocería sobre el triste tema por parte de la administración municipal fue el recién llegado al cargo como secretario de Educación, Carlos Jairo Bedoya, quien había sido nombrado por Salazar -al inicio de su mandato- en la gerencia de la Empresa de Aseo de Pereira. Bedoya llegó a la cartera de educación, tras la renuncia de un secretario que tan solo duró un mes. Parte de las declaraciones de Bedoya a una cadena radial nacional reflejaron un claro desconocimiento del tema.
Ante la pavorosa tragedia del barrio Futuro Bajo de Cuba, donde un incendio dejó su techo a 160 familias el pasado viernes, el alcalde Salazar puso el pecho -como debe ser- y la administración municipal ha estado pendiente de cómo ayudar a los damnificados, personas que lo perdieron todo.
El alcalde Salazar tiene 46 meses para cumplir su plan de gobierno. Si se concentra en eso, en lo fundamental, lo puede hacer. Desde acá le deseamos muchos éxitos.
